Brisa.
Noche.
Silencio.
Y entonces,
como un susurro
viajaré
hacia mi ocaso,
con el alma
tan alta
que el viento me despeinará
con sus manos sin dedos.
La Luna
en un ensueño
velará mi destino.
Si no quedan senderos,
con mi alma seguro
buscaré mi camino.
Besaré la frente del destino,
lo miraré a los ojos,
y sonreiré,
porque habiéndolo burlado
y a pesar de todo,
yo he sido.
1 comentario:
Felicidades.
Habrá que leerlo con calma.
Un saludo de Juan (Sereira).
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