Fugas de noche,
juglar travieso.
Resucitas cuando el sol
retira su esplendor
tras el ocaso en mira.
Si tan sólo fuera tu ser inquieto
y no tus ansias de tocar el cielo
por medio de papel,
tintas y sueños.
Simplemente deseas soltar tu musa
y en un vuelo de fantasma nocturno,
engatusas sin quid
la blanca Luna.
Astro.
Lustra sus versos con centellas.
Dales la forma y cadencia perfecta.
Pon en el cielo
su nombre a una estrella.
miércoles, 10 de octubre de 2007
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