miércoles, 10 de octubre de 2007

Tristeza nocturna

Desgarrado el mundo
de par en par
dejó huir la tristeza.

La presienten los perros,
lo sé, pues aúllan.

Mi alma en ese canto
se desploma.

¡La noche es tan triste!

¿Será por los perros?

Divagan las almas
que lleva la noche
tristemente,
acaso,
negando un mañana.

Esta noche es tan triste.

Mis ojos se enturbian
en un salado néctar
y yo no sé por qué.

Tristeza nocturna,
puedes quedarte un rato,
pero luego,
aunque sé que me quieres,
he de dejarte ir.

Sigue tu camino
que yo seguiré el mío,
y cuando sea el momento
me volverás a hallar.

Y yo te daré un beso,
y juntas de la mano,
marcharemos un rato,
pero después, Tristeza,
te volveré a dejar.

Pues hoy
mi noche es triste.

Mañana,
tal vez
no.

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