Se remontan hacia el cielo
las montañas
majestuosas e imponentes
 cual amor,
y arrastradas con vehemencia
y con vigor,
van vertientes cristalinas,
soberanas.
Se entrelazan entre sí,
 todos los cerros,
no terminan de bajar
 que ya se elevan,
 bien llegan al final,
 ellos regresan,
parecen olas de tierra
 en nuestro suelo.
Si caminas los senderos,
 entre ellos
sentirás
 que va elevándose
el misterio,
y tu alma agasajada
 hará el convenio
de fundirse
entre las tierras
 y los cielos.
Es tan hondo
y tan profundo su silencio,
tan  amada
y tan soñada su bravura
que me envuelve
y acomete con premura
y porfiado
va llenando mis silencios.
Déjame
 ser como el viento,
y atrevido,
recorrer tus laderas,
y mansamente
convertirme en paisaje,
y lentamente
volver a ser
quien alguna vez
 yo he sido.
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2 comentarios:
Tus poemas son bellísimos. Decidí dejar acá mi comentario en homenaje a mis sierras amadas, aquellas que me vieron desde chiquita crecer, las de mi Córdoba querida.
Has transmitido mis propios sentimientos y lo agradezco de corazón.
Besos de azucenas.
Guau, bello!
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